Este pasado sábado 15 de febrero, alrededor de las 13:20h, las redes sociales de Utrera vivieron un curioso episodio que terminó favoreciendo de manera inesperada al bar familiar Porri Tapas. Una publicación anónima, aparentemente con la intención de desprestigiar el servicio del local, logró el efecto contrario, generando una ola de apoyo por parte de la comunidad y, de paso, convirtiéndose en una de las mejores campañas publicitarias que el negocio ha tenido, y todo de forma gratuita.
El autor de la publicación, bautizado en redes como “El Anónimo”, quizás no calculó las consecuencias de su mensaje. Lo que pretendía ser un ataque se transformó en un fenómeno viral que puso a Porri Tapas en el centro de las conversaciones durante todo el fin de semana. Decenas de usuarios se volcaron a visitar el establecimiento, no solo para confirmar si las críticas tenían fundamento (spoiler: no lo tenían), sino también para disfrutar del ambiente acogedor, el excelente servicio y las tapas que han hecho de este bar una referencia en Utrera.
Un “hater” convertido en héroe publicitario
El revuelo causado por la publicación anónima tuvo un impacto que pocos esperaban: más clientes, más seguidores en redes sociales y, sobre todo, más respaldo de la comunidad utrerana. Porri Tapas no solo vivió un fin de semana de éxito en ventas, sino que consolidó su posición como uno de los locales más queridos y respaldados de la ciudad.
“Si supiéramos quién es este anónimo, probablemente habría que entregarle un premio al mejor publicista de Utrera”, comentan algunos clientes entre risas. Y no es para menos. Su intento de desprestigio acabó fortaleciendo la imagen del negocio y atrayendo a curiosos que, en muchos casos, se convirtieron en nuevos clientes habituales.
El respaldo de la comunidad
Uno de los aspectos más destacados de este incidente fue la respuesta masiva de los utreranos en defensa de Porri Tapas. Tanto en la publicación del anónimo como en el comunicado oficial del bar, los comentarios positivos y las muestras de cariño superaron ampliamente cualquier crítica. Esto no solo demostró la aceptación y el aprecio que la comunidad tiene por el local, sino también el impacto del trabajo constante y el esfuerzo del equipo que lleva el negocio.
Porri Tapas, lejos de verse afectado, parece haber salido más fortalecido que nunca. Este curioso episodio solo refuerza la idea de que la calidad y el cariño del público siempre se imponen. Mientras tanto, el “anónimo” que lo inició todo, sin quererlo, pasará a la historia como el artífice de uno de los mayores impulsos que este negocio haya tenido.
Queda claro que en Utrera hay Porri Tapas para rato.
